Being and beyond

Acrílico, Óleo, Yeso sobre lienzo

84 cm de ancho x 109 cm de alto x 1,5 cm de profundidad

En "Being and beyond", María, explora la dualidad del artista: el creador y el sujeto, el caos y el orden que coexisten en el acto mismo de crear. En el centro de la pieza se encuentra Frida Kahlo, una mujer cuya vida y arte eran inseparables, cuyo pincel se convirtió tanto en herramienta de expresión como en reflejo de su alma. Aquí, se pinta a sí misma: su propio rostro, perfectamente plasmado, casi atemporal, pero rodeado de un ambiente de abstracción y desorden. La mano de la artista, firme y decidida, crea una segunda versión de sí misma: un espejo paradójico donde la perfección se encuentra con la imperfección, la claridad con el caos.

El vestido y el fondo se desbordan en un desorden expresivo, una elección intencional para reflejar la naturaleza de la vida misma: impredecible, fragmentada y, sin embargo, inherentemente hermosa. Frida, como pintora y como lo que pintamos, representa la verdad eterna del artista: cada creación contiene una parte de su creador. Al pintar, volcamos fragmentos de nosotros mismos en el lienzo: nuestras pasiones, nuestras luchas, nuestro caos y nuestros momentos de fugaz claridad.

Esta pieza también se inspira en la vida de Frida, una vida marcada por el sufrimiento y la fuerza, el amor y la pérdida, una vida donde la belleza nació del dolor. Así como su corazón latía con desafío ante las dificultades, esta pintura refleja el ritmo de la vida: inestable, subiendo y bajando como el pulso impredecible del corazón humano. La inspiración misma se comporta de forma muy similar: llega en ráfagas de orden y desorden, caos y calma, dejando tras de sí algo crudo, imperfecto, pero dolorosamente real.

En este retrato de Frida pintándose a sí misma, la artista, honra no solo su legado, sino también la verdad universal que encarnó: la valentía de aceptar las contradicciones de la vida, de crear en medio del caos y de encontrar la belleza dentro de nosotros mismos, una y otra vez.